Tomando como partida los años 70, que son cuando comencé a informar de náutica, «los de enfrente», es decir los jefe de prensa y las agencias de comunicación han evolucionado mucho tecnológicamente, pero en lo que es la esencia de la comunicación, maneras de comunicar, educación y urbanidad y formulismos, en algunos casos vamos para atrás como los cangrejos. Voy a tratar de contar la evolución de la comunicación náutica en España. Para mi, los pioneros de este negocio, siempre refiriéndome a la náutica, son Enrique Gómez Curt y Yolanda Llinás, que allá por 1970 ya navegaban por este mundo. Fueron los primeros «encargados» de comunicar la Copa del Rey de Vela y los Mundiales de Cruceros, en los que había algún representante español. Eran unos tiempos en donde la tecnología se limitaba a un teléfono de fichas, que normalmente estaba ubicado en el bar del club y desde donde, no a todas horas, se podía llamar. A principio de los 80 España casi ni se enteró de que había un barco español llamador «Licor 43» participando en la Whitbread Round the World y es que eso de la comunicación todavía estaba en pañales y como mucho existía el telegrama o el telex.

Vuelta a España
Más tarde llegaron las Vueltas a España con Federico Arias, editor de la revista «Bitácora», que aprovechaba a sus redactores, como Fernando Castañeira o Javier Sánchez, para que llevase a cabo la poca comunicación que generaba el evento. Fue ahí donde todo despegó. Entraron las radios con un José María García volcado desde la Cadena Ser en su programa «Hora 25» gracias a que ya la vela consiguió un patrocinio: Paternina. El MARCA se unió junto a la Agencia EFE, como únicos medios de difusión y José Luis de la Viña, a modo de «free lance», que nos enseñaba a todos lo que era la vela de crucero en España.
La rueda iba completándose. Llegó la fiebre de la vela oceánica y Javier Visiers se puso a diseñar barcos, que pagaba Tabacalera, a los que se les llamó «Fortuna», en honor a una nueva marca de cigarrillos que había salido al mercado. Fernando Pí, director comercial de Tabacalera les dio la comunicación a Carlos Santana y a Albert Beltrán, que hicieron una gran labor convenciendo al patrocinador para que destinase una cantidad de dinero para prensa. Los periodistas españoles comenzábamos a viajar por el mundo, desde las salidas al sur de Inglaterra hasta los finales de etapa en Punta del Este o Auckland. En los años 90, la vela de crucero española estuvo sostenida por la última Whitbread Round the World en la que participó en la clase WOR60 el «Galicia 93 Pescanova», del que fue brillante jefe de Prensa Alejandro «Dury» Alonso, único periodista español acreditado para informar de lo que era esa regata. Casi a la par nació el fax, un nuevo medio tecnológico que permitía a los periodistas llevar consigo unas pequeñas máquinas de escribir para plasmar en el papel lo que habían visto y luego ese papel se lo tragaba aquella «máquina infernal» dejando salir el folio en otra máquina similar conectada a miles de kilómetros. Comenzaba la era moderna del periodismo náutico español y la Copa del Rey, que ya era Agua Brava, tenía su propio departamento de prensa de la mano de María Dolores González y dirigido por Pepe Farinós y su equipo. Comenzaba la época de la publicidad, donde los pocos medios que acudíamos a Palma a cubrir la regata eran beneficiados con faldones o páginas anunciando el evento. Salas de prensa pequeñas en las que habitábamos muy pocos periodistas y fotógrafos.

Evolución de la comunicación
Eran tiempos de bonanza para la vela española y no había equipo de regatas o regata que tuviera un responsable de prensa. Voy a nombrar a los más destacados y espero no dejarme ninguno. Manolo Seoane y Zulema Prado (Monte Real Club de Yates), Jaume Soler (Federación Española y Puerto Calero), Nicolás Terry (Cutty Sark), María Wandosell y Macarena Lainez se repartían los equipos de José Luis Suevos entre otros, Josep Margalef y Anna Artés (triple corona de Barcelona), Enrique Gómez Iborra (Varios), Helena de la Gándara (Internacional), Beatriz Pastor (Caixa Galicia), Carlos Pich (Bribón, Caixa Galicia, Zurich…), Helena Paz (Telefónica), Daniel Ferrando (Santa Ana), Elisensa Galvez (Camper), Diego Iriarte (varios), Angel Joaniquet (varios), Juan Caballero (Caixa Galicia), Esperanza Molina (Castellón), José Luis Miró (Palma), Pablo Ruiz Jiménez (Banco Espirito Santo), Neus Jordi (Palma) y Pep Portas (Varios). Luego, una nueva remesa llega para el nuevo siglo mucho más preparada tecnológicamente: Blanca López Handrich y Desiree Tornero (Valencia), María Iriarte (Barcelona), Rosana Calvo (MRCY Bayona), Ariadna Parals (El Balís), Elena Marínez Bustillo (Santander), Elisabet Pereira, (Cambrils) José Capetillo (El Abra de Bilbao), Beatriz Díez Mayans (El Arenal), Félix González Muñiz (Astur de Regatas), Pilar Giménez (Cala Gamba), Ángeles Arencibia (Las Palmas) y Patri Ruíz Montero (Mediterráneo Málaga).

La Copa América
En el capítulo de Copa América sí que se ha avanzado mucho en España. De no tener prácticamente nada de comunicación a ser uno de los países más comunicativos del mundo. España se inició en la Copa América en 1992 con el barco «España 92 Quinto Centenario», con capital público, del que comenzó como responsable de prensa Manolo Seoane y, más tarde, Fernando Castañeira. Las continuas peleas entre los miembros del Consejo de Administración y los desfases en los presupuestos, amén del desastre deportivo y tecnológico, con una quilla en el fondo de la bahía de Palma, marcaron la mala comunicación del proyecto. Todo fue un lamentable error de comunicación, según sus responsables porque no se quiso desde la cabeza dar acceso a una transparencia informativa.
La segunda ocasión en que España participó en esta regata fue en 1995 con el barco «Rioja de España» y con un equipo de comunicación a lo grande, pero con muy pocos medios para informar de lo que allí pasaba. Se hizo cargo de ello Canomanuel Comunicación, con Pablo Ruíz Jiménez como comunicador. El desastre organizativo, deportivo y económico hizo que este desafío no fuera transparente y aún hoy en día se buscan partidas económicas que no pudieron ser justificadas por los responsables del equipo. Ese año en San Diego (EE.UU.) estrenamos ordenadores, con los que se podía transmitir las crónicas mediante las líneas RSI, que eran lentas, pero mucho más eficaces que los fax o el teléfono. Eso sí, muy caras. La información que recibíamos del departamento de prensa español era bastante oficialista y sectaria.
Con el «Bravo España» fuimos a competir a Nueva Zelanda en el año 2000. Como jefes de prensa actuaron Pablo Ruiz Jiménez y Ezequiel González, que se les escapó de las manos el proyecto. Desde no comunicar bien la rotura del palo a la que asistimos todos en la botadura de Valencia, hasta dejar tirados en el aeropuerto de Madrid a un grupo de periodistas que se encaminaban hacia Auckland. La gota que colmó el vaso fue la nula comunicación que se hizo cuando el patrón del barco fue protagonista de un motín y la propia tripulación lo bajó del barco. Fueron momentos de los que solo pudimos disfrutar unos pocos, ya que desde el Consejo de Administración del Desafío se sesgó toda la información, que careció de transparencia. Era la época de internet y las crónicas viajaban ya de una parte del mundo hasta la otra maquetadas en página, por lo que los demás medios comunicativos ya no hacían falta. Eso sí, la red se caía demasiadas veces.
En 2007 con el «Desafío Español» y con patrocinio privado asistimos en Valencia a la mejor Copa América de España en todos los aspectos: deportivo, organizativo, mediático, económico, tecnológico… Miguel Ángel García Juez fue el director de comunicación del Desafío y tuvo como «soldados» a Pablo Ruiz Jiménez y a Mar Charcos. Los resultados les acompañaron, sí, pero se vio claramente el oficio y la profesionalidad del director de comunicación, que con transparencia y mucho diálogo logró encandilar, salvo excepciones, a la prensa española. Solo el lunar que provocó el Consejo cuando decidió retar al «Alinghi» como «Challenge of Record» una vez acabada esa XXXII edición, empañó la labor del equipo de comunicación. La prensa tuvo en su mano todos los adelantos posibles, con retransmisiones en directo de las regatas por televisión y un «virtual skipper» muy avanzado. La tecnología de comunicación, por una vez, estuvo acorde con el evento.

Aquellas Semanas Náuticas
De todos es sabido que la Semana Internacional de El Puerto de Santa María llegó a ser de las regatas más importantes del mundo. La Semana del Sherry, como se conocía a aquel acontecimiento que se celebraba en la «Costa Casta» comenzó a subir como la espuma cuando se inauguró Puerto Sherry. Hasta entonces, barcos y regatistas compartían la ribera del río donde está el Real Club Náutico de El Puerto de Santa María. El por entonces director de Puerto Sherry, Nicolás Terry tomó las riendas de la regata para modernizarla y habilitó la primera sala de prensa de su historia junto también a su primer responsable de comunicación, que fue Manolo Seoane. Por aquella y como medio tecnológico a parte de con muchas líneas de teléfono contábamos con el fax y todo muy transparente, tanto que la regata comenzó su ocaso cuando la prensa denunció ciertas trampas que la organización hacía para beneficiar a ciertos armadores de la época. Ahí se acabó la regata, que pasó a ser una más y, por supuesto la comunicación, que hoy en día es sectaria y oficialista.
Volvo Ocean Race
Ya con todos los adelantos tecnológicos en nuestras manos, con retransmisiones de televisión en directo, con la figura de reportero de a bordo y con unos medios humanos jamás vistos nos sumergimos en la Volvo Ocean Race, la continuación de lo que una vez fue la vuelta al mundo por equipos y con escalas llamada Whitbread Round the World. España ha tenido cinco barcos en esta regata en cuatro intentos de ganarla. Todos ellos con capital privado a modo de Telefónica y Mapfre. El primer intento se hizo en 2005 con el barco «Movistar» y mediáticamente fue administrado por la agencia de comunicación Bassat Ogilvy, que carecía de medios humanos duchos en la materia. Su crisis más notable fue cuando se hundió el barco en pleno Atlántico Norte después de haber estado durante toda la regata con muchos problemas estructurales, que fue resuelta con una rueda de prensa en la que explicaron a los medios, todavía muy en fuera de juego en esta clase de vela, que era bastante normal lo que había pasado y que la suerte había sonreído al equipo porque fue rescatado con éxito. Una comunicación mala y sectaria, que cada medio la tomó de una manera.
Es una pasada localizar a alguien que verdaderamente
sabe lo que están hablando en Internet. Claramente, sabes
cómo sacar un tema a la luz y que sea entretenido. Más usuarios deberían leer esto.